Fitch advierte que la carga complica afrontar caída de petroprecios y volatilidad financiera; el débito del gobierno es de 8 billones 633 mil 480.4 millones de pesos, 45.7% del PIB
Redacción /Entérate México
Ciudad de México, 27 de febrero de 2016
La carga de la deuda gubernamental en México ha seguido en aumento los últimos años, en una dinámica que resalta la erosión del margen que tienen las finanzas públicas para afrontar choques, como los representados por la caída en el precio del petróleo o la volatilidad financiera internacional, aseguró este viernes Fitch Ratings.
La firma confirmó las calificaciones de la deuda garantizada por el gobierno mexicano, en las emisiones de largo plazo tanto en moneda extranjera como local, a la que asigna una escasa probabilidad de incumplimiento.
El conjunto de obligaciones de deuda del sector público es actualmente de 8 billones 633 mil 480.4 millones de pesos, cantidad que equivale a 45.7 por ciento del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. En los tres años transcurridos desde el inicio de la actual administración, las obligaciones del sector público han aumentado en 10 puntos del PIB, dado que en diciembre de 2012 eran equivalentes a 35.8 por ciento del producto, según datos de la dependencia.
Flexibilidad financiera por el acceso a mercados de capital
Fitch actualmente proyecta que la carga de deuda general del gobierno de México debería alcanzar su punto máximo en 2016 y luego reducirse paulatinamente a medida que la consolidación fiscal avance y el crecimiento se recupere, expuso la firma calificadora.
La evolución de la deuda estará influida por el compromiso del gobierno respecto de los ahorros de pensiones obtenidos por Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa que recientemente renegoció con su sindicato el régimen de retiro de los trabajadores para reducir los pasivos relacionados con el retiro.
El acceso excelente del gobierno a los mercados de capital externos y locales le dan flexibilidad financiera al gobierno, agregó.
Otro punto de vulnerabilidad identificado por Fitch fue el relacionado con la participación de inversionistas extranjeros como poseedores de los bonos que emite el gobierno federal en el mercado financiero local para financiarse. En los últimos años, tanto el flujo como la participación de extranjeros respecto del total fue en aumento debido a que aquí se pagaban tasas de interés más elevadas que en Estados Unidos. En diciembre pasado, el banco central estadunidense elevó la tasa por primera vez en una década, lo que generó en los mercados internacionales la expectativa de un retiro de inversiones en bonos de países emergentes para trasladarse a inversiones en dólares.
“La participación alta de los no residentes en la tenencia de la deuda doméstica, que es de alrededor de 36 por ciento del total, representa una vulnerabilidad ante un ajuste restrictivo de la Reserva Federal de Estados Unidos –banco central– y ante una mayor aversión al riesgo por parte de los inversionistas globales. Sin embargo, estos flujos se han mantenido relativamente resistentes hasta ahora”, expuso Fitch.
Las calificaciones de la deuda garantizada por el gobierno de México están respaldadas por la base económica diversificada del país y su historial de políticas disciplinadas que han anclado la estabilidad macroeconómica y limitado los desequilibrios, comentó la calificadora.
Estas fortalezas se contraponen a las limitaciones de calificación, las cuales, apuntó, incluyen su trayectoria de crecimiento económico moderado; las debilidades estructurales en sus finanzas públicas, tales como sus reservas fiscales bajas en el contexto de la dependencia del petróleo que exhiben sus cuentas fiscales; un nivel relativamente bajo en la intermediación financiera; así como debilidades institucionales manifestadas en la alta incidencia de violencia relacionada con las drogas y en corrupción.
México ha enfrentado shocks significativos, incluidos precios del petróleo bajos, producción de petróleo decreciente, una economía estadunidense deslucida y mayor volatilidad financiera a nivel mundial, mencionó.
A pesar de ese entorno desfavorable, el desempeño económico de México se ha mantenido relativamente resistente y las autoridades han estado tomando medidas para amortiguar el impacto de estos acontecimientos adversos sobre las finanzas públicas y la economía en general, añadió.
“La fuerte credibilidad del marco de políticas macroeconómicas, las recientes políticas monetarias y fiscales proactivas y coordinadas en respuesta a los shocks mencionados, así como la continuación en la implementación de reformas estructurales aprobadas hace unos años, soportan la confianza en la capacidad de México para afrontar el entorno externo desafiante”, consideró.
Con información de La Jornada.
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