lunes, 21 de diciembre de 2015

Crecen en la UNAM el narcotráfico y los grupos de riesgo para el Estado

Creció la venta y consumo de mariguana en Ciudad Universitaria y la presencia de anarquistas, comunistas, zapatistas, frentes populares, brigadas estudiantiles en el auditorio Justo Sierra o Che Guevara, es un asunto nacional

Redacción /Entérate México
Ciudad de México, 21 de diciembre de 2015


A la par del consumo de droga, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) crecen los grupos que aborrecen al Estado, lo que representa un problema de seguridad interna y de falta de atención nacional, aseguró César Astudillo, titular de la nueva Secretaría de Atención a la Comunidad Universitaria.

Astudillo dijo que el problema mayor es el consumo de alcohol dentro de las instalaciones de la ciudad universitaria y, el más complicado, el narcomenudeo de marihuana.

Externó su preocupación por el impacto que va a causar la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el consumo de marihuana en la UNAM, “porque no dudo que aquí podamos tener algún incremento no sólo en el consumo, sino en la visibilidad”, subrayó.

Reveló que en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) y el área de frontón que se ubica por la zona del Anexo de Ingeniería y la Facultad de Contaduría y Administración, son las áreas donde se vende y consume droga.

En el Consejo Universitario del miércoles 9 de diciembre, estudiantes de la facultad de Políticas expresaron su preocupación por el aumento en la instalación de cámaras de vigilancia en esas áreas.

Astudillo recuerda que la videovigilancia tiene lineamientos para el monitoreo, pero “siempre que hay una cámara hay una injerencia en tu privacidad, pero se justifica cuando a través de esa tecnología proteges no sólo a una persona sino a una comunidad, es decir, esas cámaras están ubicadas en lugares comunes”, comenta.

Refiere que de acuerdo con los primeros sondeos que han realizado entre la comunidad universitaria, en su mayoría piden que se aumente la videovigilancia y que se incremente la seguridad en general.

El pasado 10 de diciembre el rector Enrique Graue creó la Secretaría de Atención a la Comunidad Universitaria, con lo que se pretende dar atención focalizada a los temas de prevención del delito, movilidad, asuntos extracurriculares, becas estudiantiles, servicio social, actividades deportivas, atención médica y vínculo con egresados.

“Especializamos la parte de prevención y protección civil. El ideal es que en un campus universitario todo sea color de rosa, que vengan y cada quien se dedique a sus cosas. Es un campus abierto a todas las personas, no habrá un ejercicio de cerrar el campus central, es imposible; no lo vamos a hacer ni vamos a tener policías ni a personas armadas, tampoco grandes despliegues de seguridad”, señala.

El fin, precisa, es que la comunidad universitaria entienda que la convivencia debe ser pacífica y armónica.

Desde la Rectoría se identifica que uno de los problemas de Ciudad Universitaria es su colindancia geográfica con Santo Domingo, “una de las colonias más complicadas en términos delictivos de la ciudad”.

Esta cercanía es lo que, identifica Astudillo, ha traído el problema de narcomenudeo en la Facultad de Políticas. “Es muy difícil identificarlos. Si ves que viene un joven con una mochila puede ser un fotógrafo o un chico malo. Es muy difícil saber porque tampoco lo puedes señalar por una determinada apariencia”.

Por otra parte, advirtió que la ocupación del auditorio Justo Sierra o Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras es un asunto nacional y un foco de alerta en materia de seguridad para la Universidad.

“Es un tema nacional porque confluyen muchos grupos que no están ahí dentro, pero que se articulan al exterior, y son estos grupos que tienen un resentimiento contra el Estado y que se proyecta en mucha insatisfacción hacia el gobierno, y tienen banderas comunes, se comunican. El tema es que no están acá están afuera, pero claro que se articulan a través de lo que significa tener el auditorio Justo Sierra para sus actividades”, argumenta.

El funcionario descartó el uso de la fuerza pública para recuperar el auditorio. “No me gustaría que aquí ni en ningún otro lugar utilicemos la fuerza pública, porque es una comunidad universitaria, en la que si todos hiciéramos lo que debemos hacer sería una dinámica muy fluida”.

El Justo Sierra actualmente es ocupado por autodenominados anarquistas y desde 2000 es administrado por diversos grupos, activistas y colectivos que tienen conexiones con movimientos en el exterior.

Varias generaciones en la Facultad de Filosofía de la UNAM han vivido la disputa por la administración del auditorio renombrado en 1968 como Che Guevara, oficialmente Justo Sierra.

Anarquistas, comunistas, zapatistas, frentes populares, brigadas estudiantiles, organizaciones indígenas, entre muchos otros confluyen en el Justo Sierra, convertido desde hace 15 años en un espacio de “resistencia y rebeldía”.

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