sábado, 30 de enero de 2016

Opinión

Las redes sociales, entre Legarreta y Aristegui: de la ilusión al fraude informativo

Salvo su papel testimonial, no hay hecho relevante que indique que el internet haya marcado agenda en el país, desde la óptica ciudadana

Pedro Esteban Roganto
@rogantopedre

Aunque hay una corriente importante de ciudadanos en favor del uso libre y sobre todo, responsable, del internet y de las redes sociales, la verdad es que el espacio digital se encuentra muy lejos de ser el oasis con que soñamos muchos para marcar distancia de los medios tradicionales.

La fuerza con la que irrumpió la comunicación web se originó justamente en la desconfianza ciudadana hacia la prensa escrita, la radio y la televisión. Nos inspirábamos en las redes sociales que catapultaron a Barack Obama o que hicieron posible en gran parte la llamada “Primavera Árabe”.

Sin embargo, salvo su papel testimonial, no hay hecho relevante que indique que las redes sociales hayan marcado agenda en el país desde la óptica ciudadana, más allá del testimonio de hechos, movilizaciones sociales o demandas políticas.

Por el contrario, el internet pronto fue identificado como un espacio importante en la comunicación por quienes venían haciendo periodismo tradicional y en los últimos años veían cómo se quedaban sin público. Para ellos resultó una salida a su crisis, para los ciudadanos fue primero la sorpresa, luego la decepción y ahora el desánimo.

La frase “Cuando la prensa calla, las redes sociales hablan” pasó de ser una genuina aspiración ciudadana de encontrar nichos de libertad en las distintas plataformas del internet, a un grito de la oposición que vio en la web otro espacio, y más efectivo, que la estrategia desgastada de marchar, hacer plantones y asaltar Oxxos como para darle una lección “a los explotadores”. Ahora, puede revisarse y quedar: “Las redes también callan, y desinforman, y confunden, y manipulan…igual que la prensa”.

 Y es que los medios escritos, unos y otros, oficialistas y “progresistas” o críticos, no llegaron a las redes sociales solos. Trajeron sus públicos. Por eso surgieron los bots en las campañas políticas del PRI y por eso hay tanto personaje de esos llamados “chairos” criticando al gobierno y a los que creen sus aliados, y cuestionando, claro está, a los críticos o a los que nos dedicamos a observar y reflexionar la realidad.

Es por eso mismo que la conductora de Televisa Andrea Legarreta declara una obviedad: que el dólar caro es un reflejo de la situación mundial, de la desaceleración en China, y recibe la rechifla de ese respetable cuyo odio irracional le fue incubado largo tiempo por los medios que odian a la empresa de Emilio Azcárraga.

Porque si algo trajeron a internet una prensa y otra, fue sus filias y sus fobias. Y con ellas, su contabilidad, que también venía en crisis.

El ejemplo más claro de cómo están viendo la comunicación digital esos medios que se estaban quedando sin públicos, lo dio la periodista Carmen Aristegui. Normalmente una comunicadora profesional, muy acuciosa en sus investigaciones, como lo refleja el caso de La Casa Blanca, saltó al abismo y sin paracaídas publicando una nota que exhibe ese periodismo sin rigor del que la gente no quiere saber más.

 La nota en cuestión publicada en el portal Aristegui Noticias se tituló: “Viaducto La Raza-Indios Verdes, otra obra polémica si la gana OHL”. El chiste se cuenta solo, diría el ingenio popular.

Más allá de todo lo que se ha dicho en medios escritos y en internet contra OHL, nadie salvo un juez, puede impedirle que siga invirtiendo en México y generando empleos, como pretende seguirlo haciendo este año con un plan que contempla invertir 15 mil millones de pesos.

Pero un sector de los “periodistas profesionales” que son los que marcan la agenda en internet, ya mandaron su mensaje: decidieron que ese dinero y esos 5 mil empleos que puede generar, no deben entrar al país, y es mejor que se vayan. Con su posición editorial, crean percepciones fincadas en patrañas que lamentablemente mucha gente cree: “Mejor pobres, que seguir siendo saqueados por los españoles”.

Eso no le hace bien a México.

Este artículo fue publicada originalmente en SDPNoticias.com, la puede consultar en el link siguiente: http://bit.ly/1NGl83s se reproduce con la autorización del autor.

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